SISTEMA INMUNE AL 100%
- Marbel Luz Moreno Vargas
- 8 feb 2017
- 2 Min. de lectura

Factores como una mala alimentación, el humo del cigarrillo, el exceso de cafeína y la inactividad física, pueden suprimir el sistema inmune y debilitar sus respuestas ante un agente agresor.
¿Cómo cuidar el sistema inmune?
1. Alimentación balanceada
Las proteínas son grandes aliadas a la hora de mantener las defensas en alto y se encuentran en alimentos como el huevo, los granos, el yogur y el queso. Las frutas y verduras también son indispensables, pues contienen vitamina A, C y D; por eso, consumir arándanos, kiwi, cítricos, melón y vegetales de hojas verdes, por mencionar algunos, es de gran ayuda para una dieta integral. Por último, los alimentos en grasas mono insaturadas como el pescado, los frutos secos, el aceite de oliva y las semillas de girasol, también ayudan a mantener el equilibrio del cuerpo.
2. Ejercicio continuo
La inactividad física no solo produce enfermedades coronarias o problemas severos de obesidad, también pueden afectar el sistema inmunológico. ¿Por qué? Si bien no se a probado con exactitud cuál es su relación, si existen muchas teorías. Para empezar, el ejercicio cardiovascular podría ayudar a eliminar bacterias de los pulmones y de las vías respiratorias y así evitar algunos resfriados. Adicionalmente los anticuerpos y glóbulos blancos sufren cambios positivos provocados por el ejercicio que podrían acelerar su reacción ante agentes infecciosos. La actividad física también combate el estrés, uno de los factores que más debilita al cuerpo y, por lo tanto, a sus respuestas frente a la enfermedad.
Es necesario tener en cuenta que el ejercicio físico debe realizarse con moderación e idealmente, con la guía de un profesional. Si hemos llevado un estilo de vida sedentario, debemos iniciar la actividad con prudencia y no sobre exigirle al cuerpo, pues esto podría causar niveles de estrés aun mayores, lesiones y resultados contrarios a los esperados.
3. Buenas rutinas de sueño
La falta de sueño es un factor de riesgo para enfermedades como la obesidad, la depresión y la diabetes, pero además, es uno de los factores que podría contribuir a tener un sistema inmunológico débil. Si bien esta relación tampoco está comprobada científicamente , los problemas de insomnio afectan la atención y producen estrés físico: dos estados emocionales que pueden disminuir la capacidad del cuerpo para defenderse correctamente.
¿COMO RECONOCER UN SISTEMA INMUNE DÉBIL?
El cuerpo suele avisarnos cuando algo está mal. Estos son algunos síntomas de un organismo bajo en defensas:
Herpes en los labios o aparición de pequeñas heridas conocidas como “fuegos”.
Cansancio continuo.
Cicatrización lenta.
Dolores musculares.
Fragilidad capilar
Dolor de garganta y amígdalas.
Congestión nasal.
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